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Más de 10 mil  personas vieron el Festival de Otoño: Músicas del Uruguay

 

La música nacional uruguaya construye nuestra identidad como nación y motiva al público a descubrir sus diferentes géneros, estilos, autores e intérpretes. Esto quedó de manifiesto en el Festival de Otoño: Músicas del Uruguay, realizado por el Sodre y el Instituto Nacional de Música de la Dirección Nacional de Cultura, con el apoyo de la Fundación Itaú y Antel.

La música tiene una función social y cultural, es un hecho cultural en sí misma y desde el Estado facilitamos el acceso gratuito a nuestra música, llevando cinco días de espectáculos y charlas vía streaming de forma gratuita, conectando a los artistas con su público.

Más de 10 mil personas se unieron al canal de YouTube del Sodre y y disfrutaron de la transmisión online del Festival de Otoño: Músicas del Uruguay online, en vivo desde la Sala Eduardo Fabini del Auditorio Nacional Adela Reta entre el 9 y el 13 de junio.

Músicas del Uruguay incluyó candombe, murga, tango y música popular de raíz folclórica. La iniciativa se hizo buscando la revalorización de estos géneros constitutivos de nuestro patrimonio musical, así como para dar visibilidad y difusión a los creadores uruguayos. Tras un llamado abierto, se presentaron 135 propuestas y fueron seleccionadas 10 para participar de este gran “gira por internet”. De miércoles a domingo se transmitieron dos bandas por día, con la conducción de Fernando Tetes y, previo a las dos últimas jornadas, se transmitieron un taller de percusión y una charla “Mujeres en la música uruguaya”.

Los artistas y sus espectáculos

En este primer Festival de Otoño: Músicas del Uruguay, en candombe se presentó “Ángela Álves y La Andunda”. La imponente voz de Alves expresa, junto a su banda, la raíz del candombe desde la perspectiva de una mujer, poniendo todos sus sentimientos en cada verso. Canciones de amor, de sus ancestros, sobre el “ser afrodescendiente” y la mirada del otro, se impusieron al ritmo de los tambores, alternando el candombe con otros géneros.

Fede Blois y su banda dejaron todo en el escenario con su show “Marcando el Paso”, fusión de candombe con otros géneros como el jazz, maracatú brasilero, rumba cubana y rock. El espectáculo mezcló las canciones de sus dos discos: “Comunión Total” y “Marcando el paso”. Desde la percusión y desde los tambores, con influencias de otros estilos, fueron del pasado al presente y se proyectan al futuro.

El cuarteto conformado Diego Azar en guitarra eléctrica y voz, Andrés Bedó en sintetizador y voz, Ernesto Díaz en guitarra criolla y voz y Álvaro Salas en percusión, llevó su música basada en la improvisación y la experiencia de escuchar instrumentos como el cavaquinho interactuando con el lenguaje del candombe. La exploración musical en su máxima expresión, mandatada por el tambor.

En la categoría murga, “La Jarana” dejó un verdadero show visual y musical, con ese movimiento característico de la batería de murga y la fuerza de sus músicos, fusionando el género con lo que ellos denominan “jazz contemporáneo”. Hubo “mistura” con la música popular brasileña, el tango, música de origen cubano y el folclore rioplatense, todo con el plus de vibráfono, bajo eléctrico, saxo y batería americana.

ManTenidos, una banda con perfil de murga no solamente por el bombo, platillo y redoblante y por las tres voces básicas (primo, el sobreprimo y el segundo) brindó también rock, bolero, tangos y balada, con preponderancia en la murga, alternando la música y el relato.

En folclore, la joven cantautora tacuaremboense, oriunda de Tambores, Pilar Apesetche presentó su espectáculo “La flor de la higuera”, inspirado en su pueblo natal, su abuela y los dulces de higo que preparaba y en las leyendas sobre la flor de la higuera. El disco que está por lanzar se llamará también “La flor de la higuera” y contará con temas propios y de otros autores, que se pudieron escuchar en este Festival.

Gabriel Luceno, uno de los más jóvenes y destacados payadores de Uruguay con más de 25 años de trayectoria en escenarios nacionales e internacionales, presentó “El Canto del Payador” y demostró que la figura del payador sigue viva porque está arraigada en nuestra cultura. Como él lo expresó, “el payador es el rapero de la actualidad” y Luceno suele “contrapuntear” ellos, ya que también el rap surge de la improvisación. Junto a Hamid Nazabay, investigador, ensayista, psicólogo y docente brindaron un viaje histórico y musical entorno a la figura del payador, su protagonismo en la gesta artiguista, los ritmos y las formas métricas y su vigencia.

El tango llegó en la voz de Nelson Pino acompañado por la música del cuarteto de Álvaro Hagopian. Su espectáculo “Buenas noches, Montevideo” rindió homenaje a los emblemáticos boliches de Montevideo, como Fun Fun, el Tupí Nambá y el Antequera, donde se reunían poetas, escritores, políticos, músicos, actores… Con la dramaturgia de Dino Armas, contó valiosas historias que hacen a nuestra cultura urbana.

El compositor y bandoneonista Leo Gasso presentó “Bandoneon a tres manos”. Se trata de uno de los pocos bandoneonistas en el mundo que tocan y cantan a la vez y de ahí viene el nombre del espectáculo. Su repertorio recorrió viejos tangos de los años 40 hasta los contemporáneos.

“Juana y los Heladeros del Tango” presentó un espectáculo con mucho humor, con personajes que viajan entre la realidad y la ficción, buscando la cercanía con el público y su complicidad. Flauta, bandoneón y piano acompañaron la voz de Virginia Núñez, que encarna a Juana, en una experiencia diferente con tango, valses y milongas.