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En 1920, los hábiles luthiers de la marca fabricaron en Alemania dos pianos que, tres años después, desembarcaron en las costas uruguayas. Uno de ellos fue enviado al Yacht Club Uruguayo, mientras que el otro iluminó el escenario del Teatro Urquiza hasta el trágico incendio en 1971.

En el 2021, gracias a un acuerdo de comodato modal con el club naútico, este piano excepcional se convirtió en parte integral de nuestra institución.

Fue restaurado por el técnico uruguayo de primer nivel, Guido Delallana, y nos alegra saber que este tesoro musical ha encontrado su nuevo hogar en el Sodre con la promesa de conservar su gloria musical.

Cada nota y cada susurro de historia en esta joya musical ahora será compartida, enriqueciendo nuestro patrimonio cultural.